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Preservar un legado familiar mediante la reforestación del desierto de Chihuahua

viernes, 28 febrero, 2025

Para Alejandro Carrillo, la ganadería es más que una profesión: es un legado familiar y una pasión de toda la vida. Criado con historias de los primeros días de su bisabuelo en el desierto y de los veranos que pasaba cabalgando junto a su padre, Alejandro desarrolló una profunda conexión con la tierra. Pero cuando se hizo cargo del Rancho Las Damas en Chihuahua, México, no solo heredó un negocio, sino que asumió la responsabilidad de restaurar un ecosistema frágil y garantizar un futuro sostenible para las generaciones venideras.

Hoy en día, Alejandro no solo está regenerando el desierto de Chihuahua, sino que también está compartiendo sus conocimientos para ayudar a los ganaderos de todo el mundo a replantearse la forma en que trabajan la tierra. Como líder mundial en gestión holística del pastoreo planificado, ha transformado 12 000 hectáreas de tierra desertificada en prósperas praderas en el rancho Las Damas.

En una región donde las precipitaciones anuales rara vez superan los 250 mm, cada gota cuenta. La sequía persistente y las condiciones extremas empujaron a Alejandro a buscar mejores formas de ganadería, métodos que pudieran restaurar la salud del suelo, retener la humedad y garantizar la productividad a largo plazo. A través de la gestión holística, está demostrando que el ganado y la conservación pueden ir de la mano.

 

Un legado familiar

La conexión de Alejandro con la tierra comenzó temprano. Su padre lo introdujo en el desierto cuando era un niño pequeño, llevándolo a cazar ciervos mulo a través del terreno accidentado. Pasaba los veranos en ranchos ganaderos, donde ayudaba con las redadas, cabalgaba por el campo y veía de primera mano las dificultades de la ganadería en condiciones áridas.

Su familia tiene una larga historia en la ganadería. Su bisabuelo fue uno de los primeros en trabajar con ganado en la región, seguido de su abuelo. Su padre, banquero, compró el rancho Las Damas hace 50 años después de que la familia perdiera sus tierras originales.

Aunque Alejandro pasaba los veranos en el rancho, siguió una carrera en ingeniería de software, obtuvo un máster en Gestión Técnica por la Universidad Johns Hopkins y trabajó en México y Estados Unidos. Pero cuando su padre cumplió 70 años, le pidió a Alejandro que regresara y ayudara a dirigir Las Damas.

Al hacerse cargo, Alejandro se enfrentó a la dura realidad de una tierra árida, degradada y sin vida. Decidido a cambiar las cosas, Alejandro recibió formación en Gestión Holística en 2006, aprendiendo de los mentores Jesús Almeida, Elco Blanco y Octavio Bermúdez. Él y un grupo de ganaderos con visión de futuro viajaron por el mundo, aprendiendo de los mejores.

Las Damas Ranch before holistic grazing management practices

Antes de reverdecer, el resultado del pastoreo continuo

 

El regreso de Alejandro al rancho se trataba de algo más que restaurar la tierra: se trataba de revitalizar el legado de su familia. Durante una visita, Jesús Almeida le dijo: «No se trata solo de cultivar más hierba o tener más ganado, se trata de darle más años de vida a tu padre».

El padre de Alejandro, que ahora tiene 92 años, sigue profundamente vinculado al rancho. «Realmente creo que es lo único que lo mantiene vivo», dice Alejandro.

 

Reverdeciendo el desierto

Cuando Alejandro se hizo cargo, las hierbas altas perennes nativas eran inexistentes. La tierra estaba seca, incapaz de retener la humedad y expuesta a condiciones extremas. Restaurar la diversidad de plantas parecía imposible, especialmente sin riego y con menos de 250 mm de lluvia al año.

Al gestionar lo que quería, en lugar de luchar contra lo que no, Alejandro controló y erradicó de forma natural las plantas leñosas invasoras y venenosas. En lugar de depender de la fumigación, el fuego o la eliminación mecánica, abordó la causa principal: el suelo sin vida.

La gestión holística del pastoreo planificado es el núcleo del enfoque de Alejandro. Al trabajar con la naturaleza en lugar de contra ella, imita la migración natural de los bisontes y los antílopes, utilizando el pastoreo controlado para mejorar la tierra. Su método permite que el ganado paste en una zona durante un breve periodo de tiempo antes de seguir adelante, dando tiempo a las plantas para recuperarse y fortalecerse. Este ciclo, combinado con el papel natural de los insectos, las aves y otros animales salvajes, ayuda a restablecer el equilibrio del ecosistema.

Como resultado, la tierra se vuelve más resistente. La salud del suelo mejora, el agua se absorbe con mayor eficacia y vuelven las hierbas autóctonas, creando un hábitat próspero para una amplia gama de especies. Este enfoque también regula la temperatura del suelo, prolonga la temporada de cultivo y reduce el riesgo de tormentas de polvo e incendios forestales.

Desde que se implementaron estas prácticas, Alejandro ha visto cambios notables. La tierra, que antes era estéril, ahora retiene más humedad, alberga una gran variedad de plantas y ha aumentado drásticamente sus especies de pasto, todo sin riego ni siembra artificial.

Las Damas Ranch after holistic grazing management
Después de la gestión holística del pastoreo

Durante la última década, Alejandro ha sido testigo de una explosión de la diversidad vegetal, que ha aumentado el número de especies de hierba en el rancho de solo 20 a 80. Este resurgimiento ha creado un ecosistema más resistente, más capaz de sustentar el ganado y la vida silvestre.

«La naturaleza siempre intenta cubrir el suelo con una planta para mantener la vida», explica Alejandro. «Cuando los pastizales se degradan, la naturaleza responde haciendo crecer plantas espinosas y venenosas como su última línea de defensa».

Al restaurar pastos perennes, plantas herbáceas y árboles, ha visto un aumento del 10-20 % en las precipitaciones anuales en comparación con la media regional. Y aunque la sequía sigue siendo un desafío constante, Alejandro la acepta como parte del proceso.

«Para mí, cada período de sequía es una oportunidad para mejorar, adaptarse y ampliar los límites de lo posible».


Gestión del ganado para lograr el máximo impacto

Alejandro actualmente cría 500 cabezas de ganado en el Rancho Las Damas con dos empleados. Una parte clave de su éxito es el movimiento frecuente del rebaño, que permite un pastoreo óptimo y la recuperación de las plantas.


«Movemos el ganado al menos una vez al día, a veces dos, dependiendo de las condiciones», explica.

Herd of cows on Las Damas Ranch

Este pastoreo de alta densidad y corta duración reduce el pastoreo excesivo, favorece la regeneración del suelo y minimiza la necesidad de costosos suplementos alimenticios, lo que ayuda a reducir los costes. Al garantizar que sus pastos sigan siendo productivos durante todo el año, Alejandro ha reducido considerablemente los mayores gastos de la ganadería: pienso, combustible y mano de obra.

«La mayoría de los ganaderos tienen problemas debido a los altos costes de los insumos: heno, bloques de proteínas, combustible. Al mejorar la nutrición disponible mediante el pastoreo adaptativo gestionado, he reducido los tres», afirma.

En lugar de depender de insumos alimentarios externos, Alejandro da prioridad a la genética y la nutrición para crear un rebaño resistente que se nutra de forraje natural.

«Mi objetivo no es simplemente aumentar la carga ganadera, sino asegurarme de que llevamos una explotación rentable. No tiene sentido tener más ganado si sigues perdiendo dinero», afirma. «Y recuerda que mi padre era banquero. Cuando me incorporé al rancho, me dijo: «Tienes que decirme cada mes a dónde va el dinero»».

El tamaño de cada pradera varía en función de las precipitaciones y las condiciones de los pastos. Durante la temporada de no crecimiento, las praderas más grandes garantizan que los animales tengan suficiente forraje sin dañar la tierra. En la temporada de lluvias, las praderas más pequeñas crean un pastoreo de mayor impacto, mejorando la salud del suelo y la diversidad de las plantas, al tiempo que garantizan la rentabilidad.

Al imitar el comportamiento natural del rebaño mediante el movimiento controlado, Alejandro ha construido un sistema de bajo insumo y alta eficiencia en el que su ganado regenera la tierra en lugar de degradarla.


El papel de la tecnología y el cercado eléctrico

Una de las herramientas más valiosas de Alejandro ha sido el cercado eléctrico, que considera esencial para su éxito.

«Si realmente quieres regenerar la tierra, necesitas controlar tu ganado. Un sistema de cercado eléctrico fiable y robusto lo hace posible».

La solución de cercado eléctrico portátil y alimentado por energía solar de Gallagher permite a Alejandro mover el ganado de manera eficiente, imitando su comportamiento natural, lo cual es clave para la recuperación de las plantas y la regeneración del suelo.

«Utilizamos una combinación de cercas permanentes de alta resistencia y cercas temporales de alambre de polietileno. Las cercas permanentes estructuran el rancho en zonas de pastoreo rotativo. Las cercas temporales nos permiten mover el ganado a diario y ajustar el tamaño de los prados en función de las precipitaciones y las condiciones de los pastos. Para mí, las cercas eléctricas son tan importantes como el agua en nuestro rancho».

A herd of cows on Las Damas Ranch

Alejandro también incorpora callejones a las fuentes de agua, asegurando que el ganado siempre tenga acceso a agua limpia y minimizando el daño a los pastos.

Otra tecnología fundamental en el Rancho Las Damas es el monitoreo satelital del agua, que ha revolucionado la forma en que Alejandro gestiona este preciado recurso. En el pasado, los arroyos de la región corrían durante siete u ocho meses durante la temporada de lluvias, pero con el tiempo, estas fuentes naturales de agua han desaparecido debido a la degradación de la tierra y a los cambios en los patrones de lluvia. Sin agua superficial fiable, Alejandro depende totalmente de los pozos para abastecer de agua a su ganado.

Para mejorar la eficiencia y mantener bajos los costes de combustible, ha pasado todos sus pozos a energía solar, reduciendo la dependencia del diésel y haciendo más sostenible su sistema de agua. La gestión de estos pozos solía llevar mucho tiempo, ya que requería largos desplazamientos por el rancho para realizar controles manuales. El sistema de vigilancia satelital del agua de Gallagher lo ha cambiado todo.

«Confiamos tanto en él que ya ni siquiera vamos a mirar el almacenamiento de agua».

Al controlar los niveles de agua de forma remota, Alejandro ha reducido el tiempo, el combustible y los costes de mano de obra, asegurándose de que el agua esté siempre disponible cuando se necesite.

«Solía pasar horas conduciendo para comprobar los niveles de agua», dice. «Ahora, puedo comprobarlos desde mi teléfono. Si un tanque tiene una fuga o el nivel del agua baja demasiado rápido, recibo una alerta».

 

Impulsar el cambio

Hoy en día, Las Damas Ranch es un ejemplo de cómo adoptar un enfoque holístico de la gestión de los ranchos puede restaurar los ecosistemas y mejorar la rentabilidad.

Alejandro ha impartido charlas TED, ha hablado en conferencias mundiales y ha aparecido en documentales como Common Ground, lo que pone de manifiesto su gran influencia. Su consultoría abarca América del Norte, América del Sur, los Emiratos Árabes Unidos y Australia. Le impulsa su misión de revertir la desertificación en todo el mundo, al tiempo que ayuda a otros ganaderos a reducir costes, mejorar las estrategias de pastoreo y alejarse de las operaciones de alto insumo y bajo margen.

Alejandro cree que el futuro de la ganadería radica en la gestión adaptativa, la colaboración comunitaria y las tecnologías emergentes. Considera que los ranchos vecinos son socios esenciales en la regeneración de la tierra y la sostenibilidad a largo plazo.

«Para que los ganaderos tengan éxito, nos necesitamos unos a otros. Un ecosistema saludable no se detiene en la línea divisoria. Necesitamos más personas que regeneren la tierra, más personas que apliquen estos principios y más personas que trabajen juntas», afirma.

«El arte del pastoreo consiste en equilibrar el bienestar del ganado con las necesidades de la tierra. Cuando lo hacemos bien, construimos un futuro, no solo para nosotros, sino para los ganaderos que vendrán después».

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«Para que los ganaderos tengan éxito, nos necesitamos unos a otros. Un ecosistema saludable no se detiene en la línea fronteriza».

Alejandro Carrillo